La creatina aumenta la producción de ATP en el tejido muscular, y como resultado de la optimización de las células que incrementan la masa muscular, provee un óptimo crecimiento muscular. Al tener más energía disponible en el tejido de los músculos, se tiene más habilidad para entrenar más y con mayor intensidad. Esto quiere decir: más repeticiones, más poder y una rápida recuperación. Cada uno de estos estímulos son clave para el aumento de masa muscular. La creatina crea simplemente un mecanismo que permite mayor entrenamiento y una rápida recuperación.
La teoría de la creatina
- Las células de tu cuerpo adquieren su energía gracias a un compuesto llamado adenosín trifosfato (ATP). Cada vez que parpadeas, levantas una mancuerna o respiras (como cantaba Sting), el ATP es el combustible que usas.
- Generas ATP de diferentes modos, según la intensidad del entrenamiento. Mientras el ejercicio te permita tomar el suficiente oxígeno para alimentar el proceso, tu cuerpo convertirá los hidratos de carbono y las grasas en ATP. Pero en el caso de los esfuerzos muy intensos y breves (de tres a cinco), como levantar un gran peso, hacer un esprint o un placaje de rugby, no es posible aspirar suficiente oxígeno para conseguir el ATP necesario. Y ahí es donde entra en juego la creatina.
- La fosfocreatina (PCr), componente natural de los músculos esqueléticos del cuerpo, hace posible el "reciclaje" del ATP que empleaste, y lo vuelve a convertir en energía, permitiéndote a ti y a tus músculos hacer un nuevo esfuerzo hercúleo.
- El cuerpo sintetiza la mitad de la creatina que necesitas. El resto procede de la dieta; pero como los cuerpos no tienen una eficiencia al 100%, pierdes dos gramos de creatina al día. Así resulta difícil generar el ATP necesario para tu programa de ejercicio intenso.
- Durante décadas, los científicos del deporte han creído que llenando los músculos con creatina se conseguirá un mayor nivel de PCr, lo cual permitiría una mejor y más rápida regeneración del ATP y, por tanto, facilitaría el esfuerzo en las sesiones más intensas. Y ese aumento en la intensidad y en la frecuencia te reportaría un aumento de fuerza y masa muscular.
- La aparición de creatina sintética a un precio económico, a principios de la década de los años noventa, ofreció la posibilidad de poner a prueba dicha teoría. Entre los conejitos de indias voluntarios estuvieron atletas como Lindford Christie o Sally Gunnell, que tomaron suplementos durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.